Cuando se trata de Patrick Mahomes no hay dolor suficientemente incapacitante, desventaja lo suficientemente amplia ni escenario suficientemente grande. El domingo en Arizona, Mahomes le puso la M a MVP y la corona a Kansas City.
Mahomes se convirtió en el primer MVP reinante en conseguir el título del Super Bowl desde 1999 al lanzar tres pases de touchdown, dos de ellos en un lapso de menos de tres minutos al iniciar el cuarto periodo, y los Chiefs de Kansas City borraron una desventaja de 10 puntos para derrotar el domingo 38-35 a los Eagles de Filadelfia y coronarse por segunda ocasión en cuatro años.
“Él es el MVP”, dijo Reid sobre su quarterback. “Es todo lo que hay que decir. MVP. Lo vieron esta noche”.
La pierna de Harrison Butker puso los puntos definitivos en el marcador con un gol de campo de 27 yardas a 8 segundos del final, pero fue la cabeza — y las piernas — de Jerrick McKinnon las que pusieron a Kansas City en posición de ganar el encuentro, deslizándose en la yarda uno con 1:54 en el reloj, lo que le permitió a los Chiefs agotar el tiempo.
Necesitaban cada segundo que pudieran ahorrarse. Los Eagles fueron dominantes a la ofensiva. El quarterback Jalen Hurts terminó con 304 yardas aéreas y un touchdown y sumó otras 70 yardas, tres anotaciones, y una conversión de dos puntos por la vía terrestre para igualar el marcador a 35 con 5:15 por jugar.
Pero Mahomes simplemente se sacudió los estigmas de sus dos actuaciones previas en el Super Bowl, de donde tenía 65.2 puntos de rating con dos touchdowns y cuatro intercepciones. No fue así este domingo en el desierto de Arizona. Y lo hizo nuevamente con visibles molestias en el tobillo, que se agravó poco antes de concluir la primera mitad.
“Se los dije toda la semana, no hay nada que me impida estar en el campo”, dijo Mahomes. “Quiero felicitar a mis compañeros, nos retamos unos a otros, necesitamos de todos para ganar este partido. ¡Somos campeones!”
La serie final se mantuvo con vida con un controversial castigo de sujetando del cornerback James Bradberry sobre JuJu Smith-Schuster en tercera oportunidad que le dio a los Chiefs la oportunidad de consumirse el reloj. El mismo Bradberry puso a descansar cualquier polémica.
“Lo sujeté. Le agarré la camiseta. Esperaba que (los árbitros) lo dejaran pasar”, admitió.
El dos veces MVP fue metódico con 21 completos en 27 intentos para 182 yardas, además corrió para 44 más en seis acarreos y mejoró progresivamente para mantener a raya a una defensiva que llegaba al encuentro con 70 sacks en campaña regular y que el domingo regresó a casa con las manos vacías y el corazón roto.
Luego de llegar al espectáculo de medio tiempo abajo en el marcador 24-14, los Chiefs entraron en ritmo en la segunda mitad. Aún en desventaja 27-21, Mahomes lanzó dos pases de touchdown en cuestión de tres minutos, a Kadarius Toney y Skyy Moore en jugadas idénticas, para capitalizar la remontada y poner a los Eagles en desventaja por primera vez en toda la postemporada.
Toney, quien apenas acumuló 61 yardas en 10 devoluciones de despeje con los Chiefs esta campaña luego de llegar en un canje procedente de los Giants, tomó el balón, inició hacia su izquierda y luego siguió sus bloqueos por la banda derecha del campo para dejar a Kansas City en posición de tomar la ventaja.
“Todos tenían esa determinación, esa mirada en los ojos”, dijo Travis Kelce, quien terminó con seis recepciones para 81 yardas, un touchdown, y un triunfo en el máximo escenario sobre su hermano mayor, Jason, el centro de los Eagles.
Por buena parte del partido, parecía que sería al revés.
A pesar del fumble que Nick Bolton devolvió a las diagonales para empatar brevemente el marcador 14-14 en el segundo cuarto, los Eagles lucieron dominantes, controlando el balón durante casi 22 minutos en la primera mitad y acumulando más de 270 yardas.
Pero no pudieron culminar la obra. Y cuando enfrente se tiene a Mahomes y Reid, eso es un pecado mortal. Filadelfia se convirtió en el segundo equipo en la historia en desperdiciar una ventaja de al menos 10 puntos en la segunda mitad del Super Bowl, uniéndose a los Falcons de Atlanta en el Super Bowl 51.
El segundo título en 24 años de carrera para Reid también llega con un sabor especial, ante el equipo que le dio su primera oportunidad como entrenador en jefe, y el que lo despidió hace una década luego de años de quedarse en la orilla. Ya no más. Reid tiene dos sortijas y una gran sonrisa
“Deseábamos tanto esto por él”, dijo Kelce. “Su legado en Filadelfia vive por siempre. Sé que esa ciudad lo adora. Sé que la organización lo adora. Pero desde que ha estado aquí en Kansas City, lo he visto de primera mano, le ha dado su corazón y su alma a esta organización, a este equipo y a este grupo”.
Fuente: AP